En el día a día, el estrés parece formar parte natural del trabajo. Sin embargo, cuando se acumula y no se gestiona, se convierte en un enemigo silencioso que afecta la salud, la motivación y el rendimiento de los colaboradores.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya reconoce al estrés laboral como uno de los principales riesgos para la salud en el entorno laboral moderno.
¿Cómo afecta el estrés laboral?
- Menor concentración y errores frecuentes: la mente saturada pierde claridad.
- Aumento del ausentismo: el desgaste físico y mental genera incapacidades.
- Clima laboral negativo: los equipos bajo presión constante suelen tener conflictos.
- Disminución de la productividad: la energía se centra en “aguantar” más que en producir.
Señales de alerta en los colaboradores
- Irritabilidad o cambios de humor constantes.
- Fatiga crónica, incluso después de descansar.
- Dolores de cabeza, problemas digestivos o tensión muscular.
- Dificultad para dormir o falta de motivación.
Estrategias para combatirlo desde la salud ocupacional
- Promover pausas activas durante la jornada.
- Capacitaciones en manejo del estrés y resiliencia.
- Espacios ergonómicos que generen comodidad y reduzcan la tensión.
- Programas de bienestar integral, incluyendo actividad física y apoyo psicológico.
- Comunicación abierta y liderazgo empático, clave para reducir la presión innecesaria.
El impacto de reducir el estrés laboral
Cuando una empresa apuesta por la salud ocupacional y el bienestar emocional, el estrés deja de ser un enemigo invisible y se transforma en una oportunidad para fortalecer al equipo.
👉 Un colaborador tranquilo, motivado y apoyado produce más y mejor.